Cuentos clásicos

Los cuentos son casi tan antiguos como la vida misma. La costumbre de contar cuentos se ha ido trasmitiendo de generación en generación, de abuelos a nietos, de padres a hijos… La razón es evidente: los numerosos beneficios que aportan los cuentos.

Los cuentos infantiles poseen una narración clara y tienen una sencilla comprensión. Con ellos no sólo mejoraremos la capacidad de comprensión del niño, sino también le ayudaremos a desarrollar su capacidad de comunicación. Además, aumentará y se desarrollará su vocabulario, su fantasía, su imaginación… ¡¡y el amor por la lectura!!

Además de eso hay que tener en cuenta que los cuentos infantiles hablan de aspectos reales de la vida y de luchas interiores dándoles una forma que las hacen menos aterradoras. Además, le ayudan al niño a situar lo que ellos sienten. Les ofrecen ayuda e ideas para resolver sus problemas. ¿Qué está bien o mal? ¿Es más ventajoso ser bueno o malo? ¿Cómo encontrar el amor al ser adulto? ¿Cómo crecer y ser más independiente? Los cuentos les proporcionan puntos de referencia sobre la conducta que hay que tener en la vida.

No obstante, también hay que tener en cuenta, que los cuentos clásicos poseen las diferentes características de la época en la que fueron escritos. De tal forma, encontramos, por ejemplo, los roles tradicionales propios del hombre y la mujer entre otras cosas…

Llegados a este punto, entendemos que el leer cuentos a los niños es un hábito que aporta mucho a nuestros pequeños, por lo que deseamos hacer especial énfasis en ello.  El contar cuentos a los niños les ayuda a superar sus  temores, a ser más reflexivos, a desarrollarse intelectualmente y a relajarse, entre muchas otras bondades.

Niños leyendo
Alumnos de Novaschool Añoreta leyendo en el patio

Cómo lo aprendemos en clase.

Cómo lo puedes desarrollar en casa 

Recursos didácticos que os pueden ser de ayuda